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sábado, 24 de diciembre de 2016

FELIZ NAVIDAD


La luz vino a los suyos y los suyos no la recibieron, aunque a quienes la recibieron les dio el poder de ser hijos de Dios. 

¡Ese es el sentido más profundo de la Navidad! Que aparece entre nosotros aquel por quien todo fue hecho, en cuya palabra poderosa subsisten todas las cosas. Todo lo que vemos nace de la inspiración de Jesús, en ella está el verbo de Dios. No es necesario que Jesús nazca de nuevo, sino que nos sea concedida la experiencia de verlo nacer en cada rostro, en cada acontecimiento, en cada realidad. Cristo nace cada día a nuestra fe. Es lo mismo que contemplar de nuevo una obra teniendo ya presente al autor. 

Es interesante ver cómo Jesús tiene un nombre previo al nombre que le impusieron sus padres María y José. Su nombre era Verbo, Palabra, en hebreo Dabar. Este término hebreo “dabar” significa que Jesús era la Palabra que hace realidad lo que dice. Jesús también hoy nos dice, nos afirma. Con él sí que nacemos y renacemos cada día.


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