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martes, 22 de enero de 2019

EL PAN DE LA PALABRA: DÍA 23 DE ENERO DE 2019

Miércoles, 23 de enero de 2019
En aquel tiempo, "Jesús entró otra vez en la sinagoga y había allí un hombre que tenía una mano paralizada. Lo estaban observando, para ver si curaba en sábado y acusarlo. Entonces le dice al hombre que tenía la mano paralizada: Levántate y ponte ahí en medio. Y a ellos les pregunta: ¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la  vida a un hombre o dejarlo morir? Ellos callaban. Echando en torno una mirada de ira y dolido por la dureza de su corazón, dice al hombre: Extiende la mano. La extendió y su mano quedó restablecida. En cuanto salieron, los fariseos se confabularon con los herodianos para acabar con él". No cabe la menor duda que la ley es necesaria para la convivencia política y religiosa. Jesús no la desprecia, pero la ley ha de estar siempre al servicio de la persona y de la vida. La escena evangélica de hoy se desarrolla en sábado, día sagrado en el que está prohibido cualquier tipo de trabajo. Jesús coloca en medio al hombre que sufría una parálisis en un brazo. Con toda claridad, Jesús plantea a la asamblea sinagogal el siguiente dilema: ¿Qué hacemos? ¿Observamos fielmente la ley y abandonamos a este hombre o lo salvamos rompiendo la ley? ¿Qué es lo que hay que hacer: Salvar la vida a un hombre o dejarlo morir? La gente presente en la sinagoga se calla. Con ello dan a entender que para ellos es más importante mantener lo establecido en la ley que preocuparse de aquel pobre hombre. Ante aquel silencio sospechoso, Jesús mira dolido a aquella gente. A continuación, fija su mirada en el hombre paralítico y le dice: "Extiende el brazo". Lo extendió y quedó restablecido. Jesús, por tanto, cura al enfermo rompiendo la ley del sábado, y deja claro su mensaje: la voluntad de Dios siempre busca la vida, la creación, la liberación de la persona. Señor Jesús, danos la gracia de imitarte en tus comportamientos.

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