MARTES, 22 DE OCTUBRE DE 2021. Lc 12,35-38.
VIVIR ATENTOS
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: "Tended ceñida vuestra cintura y encendidas las
lámparas. Vosotros estad como los hombres que aguardan a que su señor vuelva de
la boda, para abrirle apenas venga y llame. Bienaventurados aquellos criados a
quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se
ceñirá, los hará sentar a la mesa y, acercándose, les irá sirviendo. Y, si
llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados
ellos". Jesús insiste con frecuencia en la necesidad de vivir vigilantes.
Dios llega siempre a nuestras vidas como algo nuevo que nos ayuda a crecer como
personas y en la sociedad. La actitud vigilante nos libera del sinsentido que
domina a las personas que caminan por la vida sin meta ni objetivo alguno. La
llamada de Jesús a no vivir dormidos nos impulsa a despertar de la
indiferencia, la pasividad o el descuido con que vivimos con frecuencia nuestra
fe. Lo decisivo es que estemos a punto para abrirle la puerta al Señor cunado
nos llame. En ese momento no se sentará él a la mesa para que le sirvamos, sino
que nos mandará sentarnos y nos servirá él a nosotros. Solo quien ama vive
intensamente, con alegría y vitalidad, despierto a lo esencial. Bienaventurados
nosotros si vivimos atentos a la llegada diaria de Dios a nuestras vidas.
Estaremos prontos para amarle a él y a los hermanos.