Martes, 8 de abril de
2025. Jn 8, 21-30
"CUANDO LEVANTÉIS
AL HIJO DEL HOMBRE..."
En el Evangelio de hoy
(Jn.8,21-30) aparecen resaltadas varias ideas: de dónde viene Jesús, adónde va,
quien es el Padre, quién es Jesús. Todas ellas se las recuerda Jesús a los
fariseos. Los judíos están perdidos; no entienden las afirmaciones de Jesús.
Éste les habla de su muerte, de su partida al Padre; ellos comentaban si Jesús
se iría a suicidarse. Jesús se lamenta de la incredulidad de los fariseos y les
decía: "Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba; vosotros sois
de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis por
vuestros pecados: pues, si no creéis que yo soy, moriréis por vuestros
pecados". En este contexto ser de abajo, ser del mundo tiene sentido de
imperfección en el obrar y pensar. Por el contrario, ser de arriba
corresponde al que viene de arriba, del cielo. La incredulidad de los
judíos tiene sus raíces en su modo mundano de pensar y querer. Con la alusión a
"levantarle en alto', a su muerte en la cruz, Jesús hace referencia a ella
como el momento culminante de su revelación. En la cruz se revela a la vez la
obediencia de Jesús: "Hago siempre lo que es de su agrado" y su
glorificación, porque "el que me envió está conmigo: no me ha dejado
solo". No todo era incredulidad, pues "cuando les exponía esto,
muchos creyeron en él". Después de veinte siglos, la persona y la misión
de Jesús siguen siendo blanco de contradicción. Señor Jesús, gracias a tu
ayuda, te reconocemos como nuestro Salvador.