EL PAN DE LA PALABRA: DÍA 22 DE ENERO DE 2019

Martes, 22 de enero de 2019

"Sucedió que un sábado Jesús atravesaba un sembrado, y sus discípulos mientras caminaban, iban arrancando espigas . Los fariseos le preguntan: Mira, ¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido? Él les responde: No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre, cómo entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes de la proposición, que solo está permitido comer a los sacerdotes, y se los dio también a quienes estaban con él? Y les decía: El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado". En tiempos de Jesús, el precepto del sábado era uno de los puntos fuertes del judaísmo. Precisamente, Jesús en sábado  atravesaba un sembrado, y sus discípulos, mientras caminaban, iban arrancando espigas. Los fariseos y escribas habían convertido este mandamiento en una maraña de prohibiciones: 39 trabajos. Entre ellos estaba arrancar espigas. Es lo que habían hecho los discípulos para calmar su hambre. Ante la acusación de los fariseos, Jesús se defiende acudiendo a la Escritura (1Sm 21,1-7). Jesús orienta el verdadero sentido del descanso sabático. Él no está en contra de dicho precepto. Ahora bien, el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado. No se puede hacer pasar la ley  y el orden por encima de las personas. Si un ordenamiento legal concreto no está al servicio de las personas, y en especial de las más débiles y más necesitadas de ser protegidas, entonces la ley queda vacía de contenido. Para el Señor Jesús, los preceptos han de estar siempre al servicio de las personas. En nuestra cultura con frecuencia se tiende a considerar y el trabajo y la economía como valores absolutos. En este sentido el Evangelio de hoy nos invita a revisar nuestra actitud ante el activismo. La dignidad de la persona es lo fundamental.