EL PAN DE LA PALABRA: DÍA 18 DE FEBRERO DE 2019

Lunes, 18 de febrero de 2019

En aquel tiempo, "se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo. Jesús dio un profundo suspiro y dijo: ¿Por qué esta generación reclama un signo? En verdad os digo que no se les dará un signo a esta generación. Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla". Los fariseos salen al encuentro de Jesús, dispuestos a a conducirle al fracaso. Ellos, incapaces de interpretar los prodigios que Jesús realiza públicamente, le piden ahora, sin esperanzas de recibirlo, un prodigio más, un signo que acredite de verdad sus pretensiones como Mesías, para que también ellos puedan creer. Jesús no realiza los signos para poner de manifiesto su poder, sino para sanar y manifestar que el Reino  de Dios ya ha llegado. Jesús no está dispuesto a comprar la adhesión de los hombres, complacíéndoles en sus manías sensacionalistas. En síntesis, la fe no tiene que estar dependiendo de los milagros. Al contrario, son los milagros los que dependen de la fe. Sin fe, los signos no dicen nada. Señor Jesús, concédenos un corazón sencillo capaz de contemplar los signos de tu amor en la vida cotidiana.