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sábado, 14 de septiembre de 2019

EL PAN DE LA PALABRA: DÍA 15 DE SEPTIEMBRE DE 2019


Domingo, 15 de septiembre de 2019

Hoy es domingo, el día del Señor. La misericordia está muy presente en la Palabra de Dios que proclamamos en este día. En la primera lectura (Éx 32,7-11.13-14), por intercesión de Moisés, el Señor se arrepintió de la amenaza que había pronunciado contra los israelitas que se habían puesto a adorar un toro de metal. El Señor había liberado al pueblo de la esclavitud de Egipto. De camino por el desierto hacia la tierra de promisión, este pueblo se olvida del verdadero Dios y fabrica un becerro y lo adora. El Señor quiere terminar con el pueblo de Israel. Moisés intercede por el pueblo, y el Señor se arrepiente de su amenaza. El Salmo responsorial (Sal 50) nos invita a la conversión. Creemos en ella, porque Dios, en su misericordia, está siempre dispuesto a perdonarnos. El Evangelio nos presenta las tres parábolas de la misericordia (Lc 15, 1-32): la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo pródigo. Las tres nos hacen un llamamiento a participar en la alegría que habrá en el cielo por un solo pecador que se arrepienta. Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva. En la segunda lectura (1Tim 1,12-19) , el Apóstol da gracias a Cristo Jesús, porque le hizo capaz, se fio de él y le confió el ministerio, a él que antes era un blasfemo, un perseguidor y un insolente. Dios tuvo compasión de él. El Apóstol gustó en su propia vida la grandeza de la misericordia de Dios. Todos nosotros nos alegramos con el perdón que Dios nos ofrece. Todos necesitamos de esta misericordia. En este domingo, el día del Señor, nos sentimos perdonados por la infinita misericordia de Dios. Si Dios está siempre dispuesto a perdonarnos, nosotros hemos de perdonar a los demás. Es conveniente que nos preguntemos: ¿De qué pido perdón a Dios y a los demás?. 

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